Cómo trabajar la resiliencia. Haz el test y descarga el plan
¿Qué harías si tu mundo cambiara de un momento a otro? La resiliencia es la habilidad que nos permite no solo superar los desafíos de la vida cotidiana, sino aprender y crecer a partir de ellos.
En este post, aprenderás estrategias prácticas para trabajar tu resiliencia. También dispondrás de materiales prácticos para que puedas emplearlos en tu práctica diaria, ya seas un consultor dedicado a estos temas, o una persona con necesidades de superar su momento vital
Qué es la resiliencia
Resiliencia es la capacidad de una persona para adaptarse, superar y crecer frente a situaciones adversas, desafíos o cambios significativos en su vida. Implica la habilidad de recuperarse emocional y mentalmente, aprender de las dificultades y encontrar oportunidades de desarrollo personal en medio de las adversidades.
Test de resiliencia
¿Eres una persona resiliente? ¿Podrás superar tus dificultades? ¿Hasta qué punto eres o no eres resiliente?Conoce las respuestas haciendo este sencillo test.
Test de Resiliencia
Espero que este test te ayude a tomar conciencia de tu situación. Además, puedes visualizar este video corto para entender hasta qué punto eres resiliente o, en realidad, lo que entiendes por resiliencia es crecimiento personal.
Cómo trabajar la resiliencia
Para determinar el modo idoneo de cómo trabajar la resiliencia deberías elaborar un plan centrado en la circunstancia que originó tu necesidad de ser resiliente. En todo caso, a continuación te ofrezco un plan resumido que puedes adaptar a tu circunstancia.

Si eres una persona muy interesada en estos temas y necesitas profundizar en ello, ya sea por interés profesional o meramente personal, te ofrezco un libro gratuito en el que se desarrolla una metodología sobre cómo trabajar la resiliencia a un nivel más detallado. Descárgalo haciendo clic en la imagen.
Guión para trabajar la resiliencia
1. Establece objetivos claros y alcanzables
- Define tus metas de manera específica y realista, priorizando aquellas que sean esenciales para tu bienestar. Intenta que tus metas sean tuyas, no las que te sugiere otra persona.
- Divide cada objetivo en pasos concretos y manejables, lo que te permitirá avanzar progresivamente. De ese modo sabrás en qué punto estás en cada momento.
- Asegúrate de reconocer y celebrar cada logro, por pequeño que parezca, para mantener la motivación. Si no lo celebras tú, no lo va a celebrar nadie.
2. Fomenta una mentalidad positiva
- Practica el agradecimiento a diario escribiendo, pensando o imaginando tres cosas positivas que ocurrieron durante el día, incluso si son simples.
- Identifica pensamientos negativos automáticos y trabaja en reestructurarlos, enfocándote en lo que puedes controlar. Esa es la clave de la psicología cognitivo conductual. Puedes hacerlo tú.
- Usa afirmaciones positivas para reforzar tu confianza y mantén la atención en soluciones prácticas ante los problemas. No las repitas como un loro, mejor piénsalas e interioriza su realidad.
3. Construye una red de apoyo
- Rodéate de personas que te brinden apoyo emocional y con quienes puedas compartir tus experiencias. Rodéate de gente positiva, no de gente que simplemente te quiere.
- Participa en actividades grupales, como clases o proyectos comunitarios, para establecer conexiones significativas.
- No dudes en buscar ayuda o compartir tus sentimientos cuando te sientas abrumado, pero evita caer en dependencias.
4. Cuida el bienestar físico y emocional
- Incorpora el ejercicio físico en tu rutina, como caminatas diarias, yoga o actividades que disfrutes.
- Mantén una dieta equilibrada que te proporcione energía y prioriza un horario de sueño constante y reparador.
- Dedica tiempo a actividades que te relajen, como leer, pintar o escuchar música. Debes encontrar un espacio para tu esparcimiento y evasión.
5. Desarrolla habilidades de resolución de problemas
- Analiza los desafíos descomponiéndolos en partes manejables y determina qué puedes controlar.
- Diseña un plan de acción con pasos específicos para abordar cada problema.
- Reflexiona sobre cómo manejaste situaciones similares en el pasado y qué aprendiste de ellas.
6. Manten la flexibilidad y la adaptabilidad
- Reconoce que el cambio es una constante en la vida y que adaptarte a él es clave para la resiliencia.
- Desarrolla soluciones creativas y fuera de lo convencional para afrontar nuevos desafíos.
- Reevalúa tus planes regularmente y ajusta tus estrategias según las circunstancias actuales.
7. Cultiva el autoconocimiento y la autoestima
- Dedica tiempo a reflexionar sobre tus valores, metas y fortalezas personales.
- Reconoce tus logros, incluso aquellos que consideres menores, y aprende a valorarte.
- Explora actividades que te apasionen y que refuercen tu sentido de propósito.
8. Practica la gratitud y el optimismo
- Haz una lista semanal de cosas por las que te sientas agradecido, grandes o pequeñas.
- Dedica unos minutos al día a visualizar un futuro positivo y las metas que deseas alcanzar.
- Comparte momentos felices con las personas cercanas para fortalecer vínculos y alegría mutua.
9. Establece límites saludables
- Aprende a decir "no" cuando sea necesario para proteger tu tiempo y energía.
- Identifica y evita relaciones o situaciones que afecten negativamente tu bienestar emocional.
- Asegúrate de equilibrar tus responsabilidades con tiempo para ti mismo y tus intereses.
10. Busca apoyo profesional si es necesario
- Considera acudir a terapia con un profesional para trabajar aspectos específicos de tu resiliencia.
- Participa en talleres o programas diseñados para fomentar habilidades de afrontamiento y crecimiento personal.
- Utiliza recursos como libros, aplicaciones o videos educativos que puedan complementar tu aprendizaje.
Este plan es una guía práctica que puede adaptarse según tus necesidades y circunstancias. Implementa estas estrategias de manera gradual para integrar la resiliencia en tu vida diaria. Si necesitas profundizar más o el guión se te queda corto, entonces descarga el libro para entrar en más detalles.
10 ejemplos de resiliencia en la vida cotidiana
Puede parecer que el concepto de resiliencia solo se aplica tras momentos catastróficos que cambian nuestras vidas, pero no es así. La vida cotidiana está repleta de circunstancias en las que es necesaria una buena capadicidad de resiliencia. Son circunstancias como las siguientes:
- Superar una pérdida laboral
Una persona que pierde su empleo decide aprender nuevas habilidades, buscar oportunidades en sectores distintos y mantiene una actitud positiva durante el proceso de transición. - Adaptarse a un cambio de ciudad
Al mudarse a un lugar nuevo, alguien establece nuevas rutinas, se inscribe en actividades locales y busca formar amistades para sentirse integrado en la comunidad. - Enfrentar una enfermedad crónica
Una persona diagnosticada con una enfermedad de largo plazo adopta un estilo de vida saludable, sigue sus tratamientos médicos y busca grupos de apoyo para sobrellevar los desafíos emocionales. - Manejar conflictos familiares
Durante un desacuerdo en casa, alguien practica la comunicación efectiva, busca soluciones equilibradas y evita que las emociones negativas afecten las relaciones. - Levantar un negocio después de un fracaso
Un emprendedor que enfrenta la quiebra reflexiona sobre los errores, reestructura su plan de negocios y lanza un nuevo proyecto con mayor aprendizaje y preparación. - Superar un desamor
Después de una ruptura sentimental, alguien se enfoca en actividades que le apasionan, fortalece sus amistades y dedica tiempo a su crecimiento personal. - Recuperarse de un desastre natural
Una familia cuya casa fue afectada por una inundación trabaja junta para reconstruir su hogar, acepta ayuda de la comunidad y se adapta a una nueva normalidad. - Estudiar después de un mal examen
Un estudiante que reprueba un examen importante organiza un plan de estudio más efectivo, busca tutorías y aborda el siguiente intento con confianza renovada. - Sobrellevar el estrés laboral
Una persona con un empleo demandante establece límites claros, dedica tiempo a la relajación y busca apoyo en sus colegas para manejar mejor las presiones. - Criar a los hijos en circunstancias difíciles
Un padre o madre soltero que enfrenta limitaciones económicas trabaja para mantener la estabilidad emocional en el hogar, enseña valores resilientes a sus hijos y busca recursos comunitarios de apoyo.
Como ves, la resiliencia puede ser necesaria en cualquier momento vital. Con estos 10 ejemplos de resiliencia en la vida cotidiana solo quiero que intuyas que la necesidad de resiliencia siempre puede estar presente, por lo que en lugar de 10 podrían haber sido muchos más.
15 cuestiones fundamentales sobre la resiliencia
Ahora que ya tienes claro cómo trabajar la resiliencia, puedes terminar de aclarar tus dudas con estas cuestiones sobre los resilientes.
Preguntas Frecuentes sobre la Resiliencia
- ¿Qué es la resiliencia?
Es la capacidad de adaptarse a situaciones adversas, superar dificultades y continuar creciendo a pesar de los obstáculos. - ¿La resiliencia es innata o se aprende?
Aunque algunas personas pueden tener una predisposición natural, la resiliencia es una habilidad que se puede desarrollar con práctica y experiencia. - ¿Cómo sé si soy resiliente?
Si enfrentas los retos de la vida con flexibilidad, aprendes de tus errores y te recuperas de las dificultades, es un signo de resiliencia. - ¿Por qué es importante la resiliencia?
Es crucial porque nos ayuda a manejar el estrés, afrontar los problemas con confianza y encontrar oportunidades de crecimiento en situaciones difíciles. - ¿La resiliencia significa no sentir dolor o tristeza?
No, ser resiliente implica aceptar y procesar estas emociones, pero también encontrar formas de seguir adelante. - ¿Puedo ser resiliente si me siento abrumado?
Sí, la resiliencia no significa no sentirse mal, sino aprender a manejar esos momentos buscando apoyo y tomando acciones positivas. - ¿Cómo puedo fortalecer mi resiliencia?
Puedes hacerlo cuidando de tu bienestar físico y emocional, rodeándote de una red de apoyo y adoptando una mentalidad enfocada en soluciones. - ¿La resiliencia significa evitar problemas?
No, ser resiliente implica enfrentarse a los problemas directamente, adaptarse y buscar soluciones creativas. - ¿Puede una persona no resiliente volverse resiliente?
Sí, cualquier persona puede desarrollar resiliencia practicando habilidades como la adaptabilidad, la regulación emocional y el pensamiento positivo. - ¿La resiliencia me asegura el éxito en todo?
No, pero te prepara mejor para enfrentar los fracasos, aprender de ellos y seguir avanzando hacia tus metas. - ¿La resiliencia es lo mismo que la fortaleza emocional?
No exactamente. La fortaleza emocional es parte de la resiliencia, pero esta también incluye adaptarse al cambio y encontrar formas de crecer en la adversidad. - ¿Puedo enseñar resiliencia a mis hijos?
Sí, modelando comportamientos resilientes, alentándolos a aprender de sus errores y apoyándolos mientras enfrentan sus propios desafíos. - ¿Es necesario buscar ayuda profesional para ser resiliente?
No siempre, pero un terapeuta o consejero puede ser muy útil si te enfrentas a situaciones abrumadoras o difíciles de manejar solo. - ¿La resiliencia elimina el estrés?
No, pero ayuda a manejarlo de manera más efectiva, reduciendo su impacto negativo en tu bienestar. - ¿Puedo perder mi resiliencia?
Puede disminuir en momentos de alta dificultad, pero siempre es posible reconstruirla con práctica y apoyo adecuado.
Bibliografía
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